Una Independencia Inconclusa

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Una Independencia Inconclusa

Categoría: Interés General

De alguna manera, el 9 de julio conmemora un hecho legislativo; una declaración y la firma de un Acta. Pero este acontecimiento, que expresa un espíritu de la época, es reconocido como el símbolo de un largo proceso histórico en el que las campañas sanmartinianas tuvieron un rol sobresaliente. La Declaración de la Independencia coronó, además, una acalorada discusión política que se desplegaba en estas tierras acerca del significado de independizarse. Así, la firma del Acta del Congreso en la Casa de Tucumán, es un hecho relevante por el carácter simbólico adquirido a partir de los apasionantes acontecimientos que irrigaron a nuestro país hace algo más de 200 años.

También, el Acta de la Independencia podría leerse a primera vista como el momento fundacional de una burocracia construida a base de papeles firmados, versión prosaica de la formalidad republicana. Sin embargo, aquellos papeles no se quedaron quietos, y quiero rescatar hoy dos acontecimientos en ese sentido.

En primer lugar en el Acta original se hablaba solamente de que estas tierras se independizaban de España. Unos días después un congresal por Buenos Aires -un uruguayo educado en Bolivia-, con buen tino y conciencia política, advirtió el error. El Acta se enmendó con una leyenda aclaratoria: además del reino de España, esta Nación se independizaba “de cualquier otra dominación extranjera”. Visionarios hubo en todas las épocas.

El segundo acontecimiento histórico que quiero rescatar, cifra en el hecho de que el Acta se perdió. O fue sustraída. Cualquier espíritu dispuesto al escándalo fácil -de esos que hoy abundan-, esos que depositan el origen de su amargura en quienes habitamos este país, podrían interpretar ello como un vicio originario, como un hecho corrupto que supuestamente nos define de nacimiento. Muy lejos de eso, quiero leer el Acta perdida como símbolo de una Independencia que nació impura. La anomalía de origen resuena como advertencia y metáfora de una obra inconclusa.

Si independizarse es una tarea que ya nos ha llevado 200 años y no ha concluido, en parte se debe a aquellos que desde afuera y otros que desde adentro, no se cansan de repetir el libreto de sus intereses personales, familiares y de clase. Unos intereses que siempre chocan con la justicia, la soberanía y la independencia de este pueblo de argentin@s. Siento que el llamado del 9 de julio radica allí. Es un preciso llamado a no bajar los brazos, a tomar conciencia y oír la Historia. Pues la Historia nos ha vuelto a dar una oportunidad.

 

San Rafael, Julio de 2020

Luis Freire